Aguante Cultura



María Enriquera Herrero


CANTO INMORTAL

En el silencio de la puna resuena el ancestral canto de la quena acompañando el cansado caminar del coya.

Es el canto inmortal de la raza.

Marta R. Rivolta



EL AMIGO


El niño jugaba con una cajita de color celeste que en algún momento había sido la cubierta de un tubo de pasta dental. Sentado en una piedra en medio de un pastizal verde intenso, cerca de la sombra de la acacia que nos cobijaba del sol, el niño abría la tapa de uno de los extremos de la cajita y miraba el interior y decía algunas palabras poniendo la boca en la abertura y fingía escuchar y luego cerraba la cajita y la acariciaba y luego volvía a abrirla y a mirar en su interior y a decir algunas palabras poniendo la boca en la abertura y fingiendo escuchar y cerraba la cajita y la acariciaba, y...
Observamos al niño repetir esta acción varias veces hasta que nuestra curiosidad pudo más y le preguntamos, qué estás haciendo.
Nos contestó, estoy hablando con el enanito que vive dentro de la cajita. Y ante nuestra cara de escepticismo, avanzó hasta nosotros y nos hizo mirar el interior. ¿Ven?, nos dijo, ¡allí está!
Le dijimos: no vemos nada...
Nos contestó: puede ser que no lo vean, porque adentro de la cajita está oscuro y además el enanito es invisible, ¡pero allí está!
El niño volvió a su piedra y siguió jugando con su amigo.
Y nosotros seguimos sentados a la sombra de la acacia, hablando de esos temas importantes de los que solemos hablar los adultos.

Leticia Cáceres



ECLIPSE


Sonó el churo, anunciando asamblea, los mayas presurosos concurrían a su llamado, se agolparon frente a una pirámide, desde arriba un sacerdote hablaba en quiché y anunciaba consternado que el sol se escondería, que la noche eterna había llegado, de pronto todo se oscureció, tenemos que mandar mensajes a los dioses, dijo.

Abajo la gente se miraban entre sí, se traslucía el miedo en sus ojos, en un instante una luz potente iluminó sus rostros, una carcajada llegó desde arriba, era el sumo sacerdote que agradecía al sol haber vuelto, todos se rieron, cantaron y corrieron hacia la playa, se mojaron unos a otros, volvió la normalidad.

Eloísa Mansilla




AHÍ


Ahí en ese sublime momento
la preparo, mediante mis pensamientos, para este paso definitivo.
Entre la espiritualidad de donde viene y el mundo al cual tendrá que enfrentarse.
Le adelanto que entre las dos haremos un equipo para que todo suceda en armonía.
Porque habrá un dolor, el de ella, al utilizar todo su cuerpo para enfrentar la vida y el mío, que será el dolor de parir.
Trato de enseñarle cómo será ese mundo nuevo y algo me detiene, algo me dice que no...
Que la naturaleza se encargará de todo.

Graciela Martellotto




LA BÚSQUEDA


Desde las arenas tórridas del pasado, asoma la alegría. ¿Será un espejismo, un espectro?
Mis pies se hunden en la arena y no la alcanzo. Se aleja a cada paso. Camino, estoy cansada. Camino, estoy llorando.
Camino y la busco.

María Celia Seveso




ALAS


Levantó los ojos al cielo
y buscó algo
que lo colmara de sentido.
Vio las nubes,
henchidas de presagios;
una última estrella
haciéndole guiños burlones,
presumiendo de su capacidad
de brillar.
Y vio los pájaros
planeando despreocupadamente,
bebiéndose el viento,
dejando que sus plumas
pintaran la nada de celeste.
Entonces supo
cómo extender sus propias alas…

y con la urgencia de una saeta
lanzó hacia el infinito
una pregunta.

El humor y las letras


Cuento ultracorto

Una maestra invitó a sus alumnos a que realizaran una redacción breve que contuviera religión, nobleza, sexo y misterio.

La profesora pidió a Jaimito que leyera la suya en voz alta:

--¡Santo Dios!.., --exclamó la princesa alarmada--: ¡Estoy embarazada y no sé de quién!...
autor ¿?

UN CACHO DE CULTURA... la ra la ra ra ra


...tenemos un idioma inmensamente rico, disfrutemos de las delicias de utilizarlo bien...


NAUFRAGIO

¡Arriad el foque!, ordena el capitán. ¡Arriad el foque!, repite el segundo. ¡Orzad a estribor!, grita el capitán. ¡Orzad a estribor!, repite el segundo. ¡Cuidado con el bauprés!, grita el capitán. ¡El bauprés!, repite el segundo. ¡Abatid el palo de mesana!, grita el capitán. ¡El palo de mesana!, repite el segundo. Entretanto, la tormenta arrecia y los marineros corremos de un lado a otro de la cubierta, desconcertados. Si no encontramos pronto un diccionario, nos vamos a pique sin remedio.

Ana María Shua


LINGÜISTAS

Tras la cerrada ovación que puso término a la sesión plenaria del Congreso Internacional de Lingüística y Afines, la hermosa taquígrafa recogió sus lápices y papeles y se dirigió hacia la salida abriéndose paso entre un centenar de lingüistas, filólogos, semiólogos, críticos estructuralistas y desconstruccionistas, todos los cuales siguieron su garboso desplazamiento con una admiración rayana en la glosemática.

De pronto las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica:

­¡Qué sintagma!

­¡Qué polisemia!

­¡Qué significante!

­¡Qué diacronía!

­¡Qué exemplar ceterorum!

­¡Qué Zungenspitze!

­¡Qué morfema!

La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de fonemas.

Sólo se la vio sonreír, halagada y tal vez vulnerable, cuando el joven ordenanza, antes de abrirle la puerta, murmuró casi en su oído: ''Cosita linda".

Mario Benedetti


HIPÉRBOLES

-¡No me venga usted con hipérboles!

-¿Y que son las hipérboles?

- No lo sé, ¡pero no me venga usted con ellas!

Ramón Costa Gea

Leticia Cáceres

LA HIJA DEL CURANDERO

El viejo con una sonrisa extraña dijo: Parece ser que la noche aquella se hizo interminable para Tita, era viernes, frotaba su cuello y sus brazos con desesperación, apuraba el paso para llegar a la última casa de la cuadra, abrió la puerta de rejas y el aroma a madreselva la calmó un poco, entró sin golpear, un hombre estaba sentado en el comedor, ella le mostró su cuello y brazos que tenían grandes manchas rojas, entonces el hombre trajo una piedra que parecía pómez, la frotó en las manchas rojizas y luego la tiró al fuego que ardía en un vetusto brasero, en seguida la piedra adquirió forma de perro.

-Tienes sarna , dijo el curandero..

Ella esbozó una sonrisa y recordó la pocilga en la que durmió días atrás, con un hombre que la llevó allí para tener sexo.

-Ponte este ungüento y te curarás, dijo el curandero con un gesto amable.

La miró a los ojos y le dijo:

-Recuerdo Tita cuando solo eras una pequeñita y te mecía en mis brazos.

-Recuerdas? Los recuerdos existen para ser olvidados, dijo Tita

La vió salir con su minifalda de cuero apretada al cuerpo y tacones rojos que resonaban en la acera de la calle desierta. Bajó la vista mientras una lágrima corrió por su mejilla.


*****

METAMORFOSIS

Aferrada a los deseos de volar, nos subimos a un globo, mi prima Susana y yo, el vértigo hacía que abrazara la cuerda del artefacto. Sin darme cuenta presenciaba la metamorfosis de mi acompañante, me quedé admirada ante su perfil de pájaro, en ese momento una lluvia de plumas se posó sobre nosotros, agitó un brazo y salió volando. Miré para abajo, las montañas eran pequeños cúmulos de colores y los techos de las casas, unos por aquí, otros por allá, parecían desparramados a propósito por el suelo. Las plumas se adherían cada vez más a mis brazos, los agité y volé. El vacío y la euforia se convirtieron en temor a lo desconocido. Solo entonces me invadió un sentimiento de añoranza hacia el ser humano.

Marta Rivolta



A ESCRIBIR QUE SE ACABA EL MUNDO

A escribir, a escribir - gritaba como loca la pluma de corneja, desbordante de tintura de barba de la piedra, mientras se arrastraba entre los renglones de un flamante cuaderno de hojas de papiro.
Era por entonces una época lejana y el mundo apenas era nuevo.
Hasta entonces los cinceles y los dedos embebidos en colores de entrecasa, habían labrado y decorado las paredes de las cuevas, dejando las imágenes de una historia, que la historia se negó a llamar historia (porque parece que a las historias hay que escribirlas con el lujo de las letras).
Marta R. Rivolta

DIME DIOS

Díme Dios ¿cuándo será que se acabe el mundo? preguntó el poeta, creyendo que Dios le daría la respuesta.

Dios lo miró casi con pena, pensando que después de tanta historia todavía el poeta no había aprendido que las cosas solamente se acaban cuando el olvido las olvida.

Marta R.Rivolta



NOSTALGIA

No fue un simple desenlace

-hay historias,

que sabiamente, se terminan de una manera definitiva

y que pueden arrumbarse

en un oportuno rincón del olvido -

pero ese cuento quedó inconcluso

y signado por la perpetua sensación del recomienzo…

¿Y?...

… y sucede

que todavía hay noches

en las que su piel se desespera

por el recuerdo absurdo de alguna caricia

(que le provoca mucho más dolor que placer).

Eloísa Mansilla


ME PERDÍ

Busco entre mis papeles un poco de mi identidad perdida.

Nada me da un indicio.

…Tal vez la encuentre entre las sábanas...

Quien sabe si mientras recorras mi cuerpo me des nuevamente la forma ausente.

No reconozco la imagen que me devuelve el espejo.

No contesto a mi nombre.


Graciela Martellotto

CHISPAZOS DEL ALMA


Todo lo visible era arena, el sol encendía el cielo, el viento espeso, irrespirable. Una lluvia de gotas saladas mi frente. Justo entre dos piedras la vi: sola, única, una rosa.

*****

Una hilera de cabezas, como girasoles miran todas hacia el mismo lado, no se dirigen la palabra, las sonrisas escasean. Lo único que brilla es la vía.
*****

Miró hacia el cielo, hizo mucha mucha fuerza y pudo volar. Subió y subió, dejó la tierra atrás, el sol calentaba. Insistió y se acercó a la luna, casi se posaba en ella cuando leyó un cartel sobre un cráter que decía: Aquí nunca caminó nadie.
*****

-La noche se esparce sobre el mar, la quietud me espanta - dijo en voz baja.

Nadie la escuchó, no había nadie.

A lo lejos intensísimas luces, los relámpagos.

En sus manos, rota en mil pedazos,

tu carta.


*****




COSAS DE LA VIDA


Se escucha una voz que no pronuncia idiomas, que surge de la bruma del tiempo.
Suena en el trigal maduro, la siente el agua cuando la perforan los peces, zumba con las abejas y se agita en las alas libres.
Tintinea en la serpiente, símbolo de la sabiduría.
La perciben las bestias que le temen al hombre por ser más bestia.
Se hace dócil en el canto rodado. La entona la gallina sin importarle si ella fue primero.
Se percibe en el silencio en que teje la araña.
Es la vida que palpita en cada cosa.



*****



LAS MANOS

Con un canto a las ganas pudimos amasar el pan, nació la simiente del después y nos refregamos el frío frente al fuego.
Le fue arrancada la piedra al socavón y servimos la mesa con bordados de satín.
A veces cerramos los puños pero sólo se sintió la urgencia de las uñas.
Aplaudimos palabras desde la plataforma de la mentira y las creímos.
Con el dedo índice hemos condenado al meñique, discriminado al pulgar, el medio quedó relegado y el que usa oro se dice árbitro de Dios.
¿Qué tal si ponemos "manos a la obra" y hacemos algo?

Elisa Palomba


ROMANCE BAJO LA PARRA


El patio recién baldeado. Los perfumes insolentes de la madreselva y los jazmines invadían todo el aire. Era una tarde calurosa y soñolienta invitando a compartir secretos del alma. La parra estaba más cargada que otros años. Después de poner perfumes y aroma a limpio por toda su casa Alcira se sentaba a esperar que su marido se levantara de la siesta.

Los sábados por la tarde tenían un sabor especial. Los niños iban correteando por los fondos entre sus chocitas mal construidas…entre lanzas, espadas, estaban tarzán, el zorro, y el llanero solitario, todos los héroes juntos viviendo con ellos la gran aventura.

Su marido se echaba una infaltable siesta de sábado ya que su trabajo no le permitía hacerlo los días de semana. Era tal la felicidad que sentía con su mujer y sus hijos, metido en esa atmósfera de paz que nunca encontraba las palabras adecuadas para expresarlo.

El silbido de la pava le recordó que debía despertarlo. Preparó como quien prepara una mesa de utensilios para un quirófano. Todos los elementos estaban allí. No faltaba nada. El mantelito, el mate, los criollitos, y las ricas mermeladas caseras que perfumaba el aire.

De pronto lo escuchó venir por el patio, con su camisa suelta y su cabello mojado recién peinado. Se acerca con una sonrisa cómplice y tierna a la vez, mirando para todos lados como preguntando los chicos donde están?.... Con el gesto de ella comprendió que estaban solos por un rato. Le dio un beso en su rosada mejilla y se sienta. Ella, sin poder contener su felicidad lo mira a los ojos largamente tratando de poner en ellos su vida.

Nada pudo guardar todo estaba allí, Alcira desnudó su corazón en esa tarde maravillosa y ambos se encontraron. No hizo falta que ninguna palabra acudiera en su auxilio.

Todo estaba resumido en sus miradas.




*****


ESE LUGAR


Cada vez que lo lograba, sentía alcanzar el éxtasis. Subía y bajaba en los huecos de su memoria para sacar a la luz y saborear esos momentos singulares. Su corazón apostado esperaba atento una orden suya.

Agrietadas se veían sus manos de tanto escalar pináculos de gloria, vértices donde el tiempo es fugaz y los segundos a veces, se tornan eternos.

Navegando en ese espacio sideral, se perdía en travesuras queriendo sobrevolar ese paraíso alcanzado en misteriosas selvas húmedas, tibias, fecundantes de vida.

Cuando extendía sus brazos, no encontraba más que felicidad y gozo. Sus miradas sugestivas se fusionaban en un mismo destino. Sus expresiones se iban transformando en un exuberante paisaje de vida en ese viaje interior.

No se distinguían más que dos cuerpos entrelazados, los brazos de él rodeando su cintura esbelta y los cabellos largos de ella besaban su torso desnudo. Sus manos apretadas, formaban una masa homogénea de caminos andados. Y en un embrujo como en un soñoliento giro de pasiones se encontró con sus labios latiendo en su mejilla como un fuego abrasador.

Así fundidos abarcaron para siempre el tiempo eterno. Allí estaba. Los demás lugares ya no importaban.



*****



“Las penas son de ….”

(monólogo)

Harta ya de limpiar todos los días, de repasar los muebles, esto de la crisis del campo la sensibilizó de tal manera que un día loca de furiosa, se puso a hablar delante del espejo como si fuera a su patrona:

- A ud. le parece? Eso de que nos dejen 15 días sin los artículos de primera necesidá… pero más que nada de la comida… porque escuché en la tele que los que tienen hacienda, no quieren saber más nada de criar vacas.. ……..Claro la soja le deja más ganancia , y bueno… que lo va a pensar uno, así tiene la platita rápido, y no tiene que andar renegando con los animale…quel pasto, que si llueve, que si hay seca….Pero yo digo….

…..Pero que le parece a ud. los que más plata tienen mas quieren, y ud. los defiende, dice que tienen razón ,…que el gobierno le mete la mano en el bolsillo con el impuesto ese que le cobran a los que exportan. Yo no sé mucho de números pero me parece que están muy equivocado, mire. ……Claro a Ud. no le importa que el churrasco le cueste 25$ porque lo puede pagar, pero y nosotro eh? Nosotros que tenemo mucho hijos, no podemos darle la comida todo lo día, ni tampoco tenemo pa mandarle al colegio, con todo lo que nos piden, qué carpeta, qué cuaderno…

…..claro a los que tienen mucha tierra, plantan soja y se llena lo bolsillo, y después se compran 2 ó 3 autos, camionetas último modelo y los pobres quinteros que están de sol a sol con el lomo doblado sembrando pa que ud. pueda comer…

…….. no se le reconoce, mire…. yo tengo unos parientes y sé que e así, no estan bien…tienen que pagar mucho pa alquilar el campo, y después entre lo que va al gobierno y lo que se lleva el patrón, no queda mas que unos cuantos choclos, zapallo y un poco de aceite para todo el año.

- …..a Ud., le parece que eso es vida eh? Eso es vida?

Como estaba hablando muy fuerte, no escuchó la puerta ni a la dueña de casa que entró diciendo: ¿con quién estaba enojada Clotilde?

María Enriqueta Herrero



EL CARTONERO


Por las mañanas, bien temprano, pasaba por las calles del humilde barrio el viejo cartonero. Era una figura familiar para todos.
-Don Martín, espere, no pase de largo. Hoy tengo muchas cajas para usted.
Parando su destartalado carrito, él, muy ufano las recogía.
A pequeña señal, un "vamos Milonga", dócilmente, su vieja yegüita blanca, (¿blanca? ... es un decir, porque el tiempo y la tierra habían dejado su pelaje grisáceo, al igual que el de su dueño) seguía su camino tantas veces transitado, pero ahora iba a paso más lento, los años no habían pasado en vano. Dolían sus patas, pero había que seguir. Su dueño la necesitaba, la vida se había puesto cada vez más difícil y tenía que ganarse la pequeña ración de alimentos de todos los días.
La figura se fue diluyendo en la cuadra, al llegar a la esquina, Milonga sintió una fuerte puntada en su pecho, se doblaron sus patas y cayendo al suelo supo que era el fin.
martín bajó como pudo del carro volcado, tomó la cabeza del animal entre sus brazos:
- Milonga...¡Milonga! no me dejes, eres lo único que tengo...¿Qué haré sin ti?
Milonga lo miró tristemente.
¿Quién dijo que los caballos no lloran?


*****


EL TIEMPO


El tiempo todo lo destruye,
es como una espesa niebla
que va cubriendo lo vivido.
De pronto el ayer nace lejano
y el hoy comienza a diluirse
en un mañana.
Es como una risa que comienza clara,
alegre, límpida y se acaba.
Como una lágrima que rueda por la mejilla,
y se va secando lentamente.
Es lo que fue, lo que será
como un sueño en una noche
de verano.
Apenas un latido, un murmullo, lo lejano.
Las palabras que están y luego se pierden.
No importa, por un instante estarás vivo
aunque no haya un después.
Frente al misterio has quedado,
aunque no tengas respuestas.

Mabel Hurtado


SOL - PLATA

El suspiro dentro del alma
sol - plata
se viste con olor a campo
a savia, a hojas verde agua
olor a tierra mojada
a la frescura de la montaña.
Mezcla de olores, azahares limoneros
blancos almendros.
Hierba que asoma coqueta
sobre el jardín de los sueños
en mis manos la presiento, la huelo
la atesoro en un suspiro
porque en el alma
ha anidado.

Sol - plata
frenesí de todos los caminos
alumbras
aquietas
estás aquí y allá
vas, vuelves
como cántaro que cae
sobre la bella fuente.


Mabel Hurtado


*****


El TOBOGÁN DE LA VIDA

Subimos, bajamos
nos amamos
besamos, abrazamos
aterrizamos, caemos
nos sostenemos sobre la húmeda
y dorada arena
nos enojamos, nos amigamos
nos olvidamos del mundo
unimos nuestras manos
nos apretamos, nos soltamos, jugamos
hacemos piruetas con nuestros dedos
nos tranquilizamos
respiramos profundo
sentimos que nos asfixiamos
soltamos el aire, nos relajamos
gozamos, nos miramos
volvemos a subir al tobogán de la vida
nos bajamos, reímos en el último escalón,
subimos nuevamente
terminando de bruces sobre el piso
abrazando los pequeños hilos de luz
que se asoman en el atardecer
que agoniza.

Mabel Hurtado

Ariadna Gorlero


LUZ



En la profunda oscuridad, en medio de la nada, la inmensidad que me asfixia... sin más. La luz surge a lo lejos y cada vez se vuelve más intensa.
No sé qué es ni por qué me despierta tal curiosidad. Sólo sé que necesito acercarme y averiguar de qué se trata.
Empiezo a caminar cada vez más rápido, ¡y no llego más!, ¿tan lejos está?... comienzo a correr. de repente el vacío de la oscuridad desaparece y me encuentro en un abismo entre la luz y la nada.
Me pongo en punta de pie e intento alcanzar ese brillo incandescente. Dudo dos segundos, surge un poco de miedo... -¿pero qué pierdo?- retrocedo unos pasos y avanzo con rapidez, salto con los brazos extendidos tomando esa gota gigante entre mis manos, que estalla al tocarla.

María Celia Seveso


PEATONALES

Fue como un chispazo

una química poderosa

un déjà vu

un sálvese quien pueda.

La luz cambió

de rojo a verde

y mis ojos se fueron

clavados en tu ventanilla.


Graciela M. Fiardi



LOS HIJOS


Busqué en mis recuerdos
la sensación de parir
y sentí el llanto y el olor a la vida.
Sólo por un momento creí que me pertenecían...
luego abrí mis brazos y los dejé volar


*****


MI MADRE

Hay un olor dulzón
suave y fresco en el aire...
es octubre,
está lloviendo, el calorcito me abraza
.
Siento su presencia
aquí en la cocina,
que no es la misma,
pero es la nuestra...
la de sus mates, la de las charlas.
Hoy vino mi madre a visitarme
y caminamos juntas por los recuerdos,
esa zona de tristeza alegre,
de muerte que no duele,
de olor a comida casera
de un "hace tiempo" que fue ayer nomás
.