Aguante Cultura



Marta R. Rivolta



EL AMIGO


El niño jugaba con una cajita de color celeste que en algún momento había sido la cubierta de un tubo de pasta dental. Sentado en una piedra en medio de un pastizal verde intenso, cerca de la sombra de la acacia que nos cobijaba del sol, el niño abría la tapa de uno de los extremos de la cajita y miraba el interior y decía algunas palabras poniendo la boca en la abertura y fingía escuchar y luego cerraba la cajita y la acariciaba y luego volvía a abrirla y a mirar en su interior y a decir algunas palabras poniendo la boca en la abertura y fingiendo escuchar y cerraba la cajita y la acariciaba, y...
Observamos al niño repetir esta acción varias veces hasta que nuestra curiosidad pudo más y le preguntamos, qué estás haciendo.
Nos contestó, estoy hablando con el enanito que vive dentro de la cajita. Y ante nuestra cara de escepticismo, avanzó hasta nosotros y nos hizo mirar el interior. ¿Ven?, nos dijo, ¡allí está!
Le dijimos: no vemos nada...
Nos contestó: puede ser que no lo vean, porque adentro de la cajita está oscuro y además el enanito es invisible, ¡pero allí está!
El niño volvió a su piedra y siguió jugando con su amigo.
Y nosotros seguimos sentados a la sombra de la acacia, hablando de esos temas importantes de los que solemos hablar los adultos.

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